viernes, 1 de abril de 2016

Paciencia con nuestro sistema educativo.


Con lo primero que me encontré  al indagar sobre Educación, fue que Chile en la prueba PISA (programa internacional de evaluación a estudiantes) se encuentra en el lugar 44 de 65 países y  en contraparte Finlandia en promedio está en el primer lugar,  lo que me parece preocupante.  Localicé  datos que  me llamaron mucho la atención, como que los estudiantes  comienzan a asistir a la escuela a los 7 años de edad, comprobado científicamente que ahí tienen la suficiente madurez emocional para asistir a la escuela. . Tienen menos horas de clase, jornadas  que van aumentando según su edad, hasta  tener desde las 8:30 hrs. a 15:00 hrs. incluido su horario de colación, salas con menos de 25 estudiantes. Está prohibida por ley la selección de alumnos, que se  les pregunte ¿a qué se dedican sus padres? o pidan antecedentes económicos de éstos, estudian en un mismo  colegio un hijo de un doctor y un hijo de un albañil, sin ningún problema. Comienzan con materias sencillas como educación física y su lengua materna, más tarde  llegan las matemáticas, ciencia, historia y lengua extranjera. 
            Me gustaría detenerme en algunos puntos. Primero es grato saber  que los docentes son muy respetados y valorados socialmente,  gozan de mucho prestigio profesional, la gente pide consejo a los profesores en todo tipo de temas debido a su alta preparación, solo un 10 %  de los estudiantes que desean ingresar a la carrera de pedagogía consigue entrar, la carrera dura 3 años pero además debes hacer el grado de Máster que dura 2 años  y en este último debes sacar más de una nota 9 de 10 para aprobar. Si un profesor finlandés no realiza su trabajo de forma satisfactoria, se pueden cambiarlo por otro, despedir, aunque en este país no es muy común, si en nuestro sistema municipalizado ocurriera eso lamentablemente existen muchas trabas  para despedirlo y están en la obligación de solo reacomodarlo, por lo cual éste se siente seguro y no hace un esfuerzo mayor por mejorar.

            En segundo lugar,  un sistema que busca desarrollar la curiosidad, el descubrir, la creatividad y la experimentación, todo esto es más importante que la memorización, se enseña a pensar al estudiante y no a memorizar o aprender a través de la repetición. Por ejemplo, cuando en una prueba de lectura a 5° básico, se le realizan preguntas abiertas y ellos debían dar su opinión sobre la enseñanza o un final distinto, penosamente la mayor parte de los estudiantes no sabe responder ni argumentar.  Por otro lado, en Finlandia no existe una prueba similar al SIMCE, ya que no es necesario controlar el nivel educativo de los colegios y los profesores, porque es un sistema basado en la confianza. Finlandia recién en quinto grado  aparecen las calificaciones,  ya que no se busca fomentar la competencia entre alumnos ni las comparaciones.
            En tercer lugar y no menos importante, me sorprende la cultura que tiene este país, estoy seguro que se debe netamente a una buena educación,  y esto ayuda a transformase en una mejor sociedad.  El éxito finlandés se debe a que encajan tres estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales  (bibliotecas, ludotecas, cines, etc.), los tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada. Los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante de la escuela  y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio”. 
Ojalá nuestra sociedad  fuera parecida,  aquí  encontramos familias disfuncionales, donde los sistema educativos en ocasiones parecen guardería, más que centro de formación, padres que no tienen el tiempo para estudiar con sus hijos,  no logran siquiera compartir  un momento con ellos, acá para el común de la gente  la educación no es lo más importante.  Los niños finlandeses de hoy,  estarán el día de mañana entre los profesionales más preparados del mundo. No lo predice ninguna bola de cristal, lo auguran datos objetivos, después nadie va a criticar a estos estudiantes que en sus primeros años estaban en clases sin sus zapatos, pelo largo (varones), con ropa de color o que trataban a su profesora por su nombre o añadir que el ambiente era informal y relajado, si los resultados dicen lo contrario. Como pesquisa, en Finlandia  el 80% de las familias van a la biblioteca el fin de semana, añade el psicólogo escolar catalán, para quien este estímulo de la lectura en casa resulta fundamental.

            Si nos remontamos a su historia podríamos decir que en 1958, Finlandia tenía una educación elitista, solo los mejores alumnos podían continuar estudiando, en el año 1972  ya el 50% de los niños completada su educación secundaria (media), en el año 1978 se atacó la reforma del sistema educativo donde todos recibirían el mismo tipo de educación, esta reforma se puso en práctica paulatinamente en regiones hasta completar a la totalidad del país. “Ha pasado de la mediocridad a ser un modelo de sistema educativo contemporáneo y de «alto desempeño» en las tres últimas décadas”, esto demuestra que los grandes cambios se deben realizar paulatinamente y sin desesperarse,  pero que no hayan cambios cada cuatro año según el gobierno de turno, esto nunca dará buenos resultados al contrario confunde a todos.
            ¿Cómo, entonces, esperar resultados semejantes entre estos dos sistemas?, Más bien, deberíamos usar ciertos elementos del sistema finlandés como un modelo para aprender, podemos llegar a estándares parecidos con nuestras políticas actuales donde importa más defender a su bancada equipo político aunque sepan que están errados, que la educación de nuestros hijos. Ambos sistemas se organizan y gestionan de manera diferente.
La selección y preparación de los profesores y sus condiciones de trabajo son contrarias en muchos aspectos. La estructura de administración descentralizada de los establecimientos públicos es fuerte allá; débil aquí”. El  sistema educativo finlandés es un ejemplo que sin duda entusiasma. Pero, como escribe Sahlberg, “también demuestra que aunque la transformación de los sistemas educativos es posible, se necesitan tiempo, paciencia y determinación".

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